Ahora.

 Nos empeñamos en ser como los demás, porque hay rasgos  en ellos, en quienes rodean  que nos gustan y  caemos en el error de la imitación, en un intento absurdo e infantil por captar esa esencia de nuestro interlocutor, que nos ha embriagado. Queremos su capacidad de empatía, su don de gentes, su sentido del humor,  su talento, etc...Y nos empeñamos en la copia una  y otra vez.
Y así vamos creando un alguien que no tiene nada que ver con nosotros, escondiendo al verdadero en nuestro interior, lejos de miradas criticas.
Y tomamos café cuando tal vez nos apetecería más  un te .Y claro, así  vamos, sedientos de autenticidad.
Y nos invade ese miedo atroz a no ser aceptados si mostramos nuestra verdadera cara y empezamos a caer en la rutina de las frases hechas, los convencionalismos, la sonrisa de cara a la galería y el callar nuestra verdad por si resulta incomoda o inconveniente.
Y de este modo vamos muriendo, vamos desapareciendo, hasta  que llega un día en que ni nosotros mismos estamos muy seguros de saber quien somos.
Y es una pena que no nos esforcemos un poquito más en ser quienes realmente somos, a pesar y contra el que digan. Porque es en ese camino a la no verdad que perdemos oportunidades, posibilidades , futuro y   sobretodo el placer de ser uno mismo.
Ser quien eres, quien te apetezca ser en cada momento, con  tus días  buenos y tus días malos, con tus éxitos y fracasos, con esos aciertos y esos errores  y si, también con ese lado oscuro que todos tenemos. Decir NO cuando sea un NO,  sin importar lo que esperen los demás. Gritarle que Si ,a todo lo que te haga sentir vivo y feliz. Y llorar  hasta desgarrarte cuando sientas que  el dolor te consume. Reirte a carcajadas a pesar de las miradas que te advierten que no es el momento o que te toman por loca. Vivir al fin y al cabo.
Hay que vivir desde la verdad y el  " yo soy "asi", para no perderse entre la multitud. Hay que arriesgarse a ser uno mismo , a perder conocidos y ganar amigos.Y hay que empezar ahora.